Por suerte Pablo salvó el video, cuando llamé a las 9:00 de la mañana ya estaba todo listo, pero me dijo que había unas rayas que no sabía si eran un error o parte de la imagen. Como no recordaba ninguna clase de raya como parte de la imagen, volé hasta el Centro Cultural, remonté los dos pisos en dos segundos y cuando llegó Pablo me mostró las rayas, que nononono eran parte de la imagen, eran un error, pero fácil de corregir. Lo corregí y le avisé a Pablo que ya podía grabarlo en un DVD. Me fui feliz.
Me fui a almorzar a casa y después volví a la Ciudad Vieja, al CCE, porque empezaba un taller con el artista catalán Jordi Colomer. Antes de eso acompañé a Sofi a probarse ropa a “Frau” que queda en la esquina, me tuve que ir porque se me hizo re tarde. Por suerte, porque tengo facilidad de entrar en un comportamiento compulsivo consumista y todo era muy lindo y a Sofi todo le quedaba también muy lindo.
Terminó el taller y yo volvía a casa e iba a dejar a Alejandro en la Universidad, se rompió el acelerador del “fusca” y me quedé en la mitad de Mercedes y Florida (lindos nombres pero horrible lugar). Alejandro y otro chico que pasaba corriendo me ayudaron a arrimar el coche a la vereda y se fueron; llamé a Car-up y esperé media hora aburrida y congelándome. Por hacer algo, hice unos registros de los autos que pasaban. Al final vino el mecánico y le hizo un arreglo provisorio y volví a casa por Maldonado. La vuelta fue bastante crítica porque cada vez que frenaba (por algún semáforo o para no pisar a alguien) el coche se aceleraba más y hacía un ruido terrible, como el del motor de un avión a punto de despegar. “Cupido motorizado no”, pensé y cada vez que tenía que frenar me zambullía entre los pedales para desacelerarlo a mano. Al fin llegué. Lo dejé en el garage y me fui al Patio Biarritz en el auto de Julio a encontrarme con los narrares.
Etiquetas: setiembre 06
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