Me fui con Gloria a Santa Lucía para dejar la casa limpia y en orden para los inquilinos. Sigo con Chofitol y Hepamida y té de carqueja y agua Salus. Estoy mejor. Comí cuatro galletitas al agua con mermelada de damasco. Pensaba ir a la playa, pero después de comer las galletitas me vino un sueño desesperante y me tiré en la cama y dormí dos horas, hasta que me despertó el ruido de la cortadora de césped de Don Zoilo.
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Mi hígado sigue mal, intentando recuperarse. Con mi ayuda, claro. Y la de Chofitol, y Hepamida, y té de carqueja y de boldo, y mucha agua Salus con gas. De a ratos pude trabajar y puse el autorretrato al día. Y de golpe, mientras estaba sentada trabajando me vino un sueño imposible de dominar y me tiré en una cama y me quedé tres horas dormida. No hice registros. Soy un trapo, era lo único que podía pensar. Un trapo de piso usado y sucio y retorcido. De noche me sentí mejor (algo así como un trapo enjuagado y un poco más nuevo), y bajé correo antes de irme a dormir.
El artículo de Peluffo se propone confrontar con dos textos sucesivos publicados en Brecha, que llevan la firma del profesor Juan Fló (Reflexiones sobre el arte contemporáneo, 1/12/06 y 8/12/06). Tanto los trabajos de Fló como la respuesta de Peluffo son de un elevado nivel académico, como cabía esperar de sus firmantes. En ellos, el centro de la discusión se instala en el territorio de las ideas en torno al arte contemporáneo.
No sé si la intención de Fló era encarar el asunto de la dirección del museo. Lo cierto es que el tema no aparece mencionado. En cambio Peluffo sí lo menciona en el título, pero en el artículo no llega a desarrollar su posición en relación al tema que hoy está en debate: la dirección del Museo Nacional. Esa es la verdadera discusión que Peluffo parece querer abordar (a juzgar por el título), pero que en ningún momento lo hace.
Lo que está en discusión no es un asunto filosófico; tampoco de conceptos sobre el arte contemporáneo después de los 60; ni es un tema de puntos de vista de conservadores enfrentando a críticos actualizados. Lo que está en debate es si tendremos un museo para todos, o un museo para un grupo reducido de amigos.
Peluffo alude a un “escándalo en la academia”, pero pasa de largo por el extenso mar de fondo que ha suscitado la posible designación de Lacasa, entre artistas, críticos, curadores, gestores, gustadores de las artes visuales y público en general. Por otro lado se elude mencionar ciertos artículos o cartas publicados en estos días que se pronuncian de manera crítica sobre la posible designación de Lacasa (Inés Moreno,
Con ese abordaje elitista Peluffo convierte el necesario debate en un enfrentamiento de ideas en el escenario de la academia, escamoteando así el asunto central puro y duro: un enfrentamiento por espacios de poder en el ámbito de la cultura y de las artes visuales. Eso es lo que duele, eso es lo que se discute.
Este debate no debería dejar de abordar los siguientes temas: a) los proyectos, b) los nombres, c) los procedimientos. De lo contrario esto se convertirá en un simple “quítate tu pa ponerme yo”.
a) proyectos. ¿Qué se propone para el Museo Nacional? ¿Cuáles son las ideas de los candidatos? No se sabe. ¿Existe algún Plan Estratégico? No se conoce. ¿Hay algún Plan Maestro para el área de los museos? Tampoco se sabe. Vacío total. Imposible discutir sin propuestas.
b) nombres. Es un hecho que la postulación de Jacqueline Lacasa ha levantado numerosas y fundadas resistencias. Muy poco se sabe de la candidata. Además lo poco que se conoce es muy reciente. Son escasos los elementos de valor a extraer de esas experiencias.
Se ha esgrimido su labor en plataforma (nov.- dic./ 2006), y ahora se conoce su labor de coordinación de un libro (dic./ 2006) con quince artículos de otros tantos autores. En él se puede leer un breve texto suyo, que poco aporta para conocer su pensamiento.
En relación a plataforma, permitió conocer una serie de actividades en las que se observó la reiteración de un reducido grupo de amigos que se rota en distintas funciones (mesas redondas, exposiciones, curaduría, catálogos, etc.). Se trata del mismo grupo (el FAC) que se ha apropiado de distintos centros de poder, haciendo uso en provecho propio de bienes públicos (Subte, Cabildo, Sala del MEC, etc), que tendrían que usarse en beneficio de todos. Que ha acumulado cargos estatales o municipales, que deberían concebirse como servidores públicos trabajando en favor de la sociedad y no para un puñado de amigos. Cargos que no deben ocuparse con funcionarios que atienden de los dos lados del mostrador (como ha sido reiteradamente denunciado por el crítico Nelson Di Maggio).
A esa escasa trayectoria de Jacqueline Lacasa se puede agregar, en los últimos meses, una rapidísima acumulación de antecedentes poco sustantivos, en una acelerada carrera contra el tiempo: curaduría de Soberbia y Pasión (2006), una conferencia en Paris (set./2006), la presentación del Tríptico de Alejandría (oct./2006), y la coordinación del libro mencionado (dic./2006).
c) procedimientos. Hasta ahora no se entiende porqué no resolver este tema con un concurso, aunque el Ministerio de Cultura esté habilitado a la designación directa. Ya se han hecho otros concursos en el área de la cultura (Sala Zitarrosa, Teatro Solís, EMAD), con resultados positivos. Sería más justo y transparente. Más vale no precipitarse, y tomarse el tiempo necesario para ello.
el vocablo reflexión, así como reflector, reflejar, reflejo, reflexionar, reflexivo, deriva de REFITOLERO 'entrometido', 1836, propiamente "el fraile que cuida del refectorio y de los víveres de un monasterio', 1591. Alteración de *refitorero, deriv. del antiguo refitor, SS. XIII, 'refectorio'. la -s- de la variante refistolero se debe al influjo de facistol 'jactancioso', propte. 'atril de iglesia'.
por lo tanto, yo trataré de no reflexionar.
"Lo que está en discusión no es un asunto filosófico; tampoco de conceptos sobre el arte contemporáneo después de los 60; ni es un tema de puntos de vista de conservadores enfrentando a críticos actualizados. Lo que está en debate es si tendremos un museo para todos, o un museo para un grupo reducido de amigos."
"el asunto central puro y duro: un enfrentamiento por espacios de poder en el ámbito de la cultura y de las artes visuales. Eso es lo que duele, eso es lo que se discute."
solamente intentaré cuestionar y contestar (-me?) sus reflexiones para de alguna forma tratar de entender este lamentable gran desencuentro de pueblo chico y ambiciones de "poder", que deja entrever un gran miedo que, al analizar esas reflexiones, es, evidentemente, un miedo a "quedar afuera". hace gracia. siempre creí -y sigo creyendo, por ahora, porque si de algo me puedo jactar es de saber cambiar de opinión- que los miedos reflejan algo de uno mismo. que el miedo viene del interior de uno mismo, claro. el temor de que hagan algo -me hagan algo- que seguramente yo sería capaz de hacerle al otro.
"Se trata del mismo grupo (el FAC) que se ha apropiado de distintos centros de poder, haciendo uso en provecho propio de bienes públicos (Subte, Cabildo, Sala del MEC, etc), que tendrían que usarse en beneficio de todos. Que ha acumulado cargos estatales o municipales, que deberían concebirse como servidores públicos trabajando en favor de la sociedad y no para un puñado de amigos. Cargos que no deben ocuparse con funcionarios que atienden de los dos lados del mostrador (como ha sido reiteradamente denunciado por el crítico Nelson Di Maggio)."
cuando alguien "reflexiona", debería saber de qué habla, y no entrometerse, sino cuestionar con conocimiento de causa. el párrafo anterior es un disparate. primero, el fac, no "se ha apropiado" de ningún centro de poder, si bien hay un (un!!) integrante del fac en el mec, enrique aguerre, que es un artista y curador de incuestionable idoneidad y al que no se puede acusar de "dejar a nadie afuera". y patricia bentancur, una de las fundadoras del fac, junto con gustavo tabares, fernando lópez lage, juliana rosales y yo, teresa puppo. y también aseguro que no se puede acusar a patricia de "dejar a alguien afuera".
el fac, si de algo puede enorgullecerse -y es una de sus premisas- es de estar "del otro lado del mostrador", para usar sus palabras. o sea, seguir siendo libre, fundamentalmente. nunca un empleado del estado. parece que hay gente que esto no lo entiende. no entiende la autogestión, y a veces hasta es capaz de criticar la actitud paternalista del estado, pero siempre pataleando para conseguir el pueso, siempre con miedo de no tener su lugar, de "que lo dejen afuera".
por otro lado, este buen señor juan pedro, cita denuncias que supuestamente hizo el sr. nelson di maggio, por lo tanto se hará cargo de que al citar esa supuesta denuncia significa que está de acuerdo con ella.
"Este debate no debería dejar de abordar los siguientes temas: a) los proyectos, b) los nombres, c) los procedimientos. De lo contrario esto se convertirá en un simple “quítate tu pa ponerme yo”."
lo que menos entiendo es esta carta. dirigida a trece personas. por qué el señor juan pedro no abre la discusión al público, tal como lo hicieron peluffo y fló? por qué solamente estas trece personas son sus interlocutores?
"a) proyectos. ¿Qué se propone para el Museo Nacional? ¿Cuáles son las ideas de los candidatos? No se sabe. ¿Existe algún Plan Estratégico? No se conoce. ¿Hay algún Plan Maestro para el área de los museos? Tampoco se sabe. Vacío total. Imposible discutir sin propuestas."
le han preguntado a jackeline lacasa cuáles son sus proyectos? le han preguntado a gabriel peluffo cuáles son sus proyectos? le han preguntado a alicia haber cuáles son sus proyectos? alguien le hizo alguna vez esa pregunta a ángel kalemberg?
"b) nombres. Es un hecho que la postulación de Jacqueline Lacasa ha levantado numerosas y fundadas resistencias. Muy poco se sabe de la candidata. Además lo poco que se conoce es muy reciente. Son escasos los elementos de valor a extraer de esas experiencias."
"A esa escasa trayectoria de Jacqueline Lacasa se puede agregar, en los últimos meses, una rapidísima acumulación de antecedentes poco sustantivos, en una acelerada carrera contra el tiempo: curaduría de Soberbia y Pasión (2006), una conferencia en Paris (set./2006), la presentación del Tríptico de Alejandría (oct./2006), y la coordinación del libro mencionado (dic./2006)."
"En relación a plataforma, permitió conocer una serie de actividades en las que se observó la reiteración de un reducido grupo de amigos que se rota en distintas funciones (mesas redondas, exposiciones, curaduría, catálogos, etc.). "
el sr. juan pedro asegura que se sabe poco de la candidata. quién sabe poco? y esas personas que saben poco, se han molestado en averiguar? o aseguran hechos falsos gratuitamente como en el caso: "En relación a plataforma....)".
el sr. juan pedro deja caer "inocentes palabras" sin respetar en absoluto el trabajo de nadie, no deja a nadie en pie, porque pablo thiago o nelbia romero, para nombrar algunos, que estuvieron en las mesas redondas formarán parte del "reducido grupo de amigos del fac", del mismo grupo al que alude (el FAC) y, como ellos, se habrán apropiado de distintos centros de poder, y habrán hecho uso en provecho propio de bienes públicos (Subte, Cabildo, Sala del MEC, etc), que tendrían que usarse en beneficio de todos. y habrán también acumulado cargos estatales o municipales" (?)
c) procedimientos. Hasta ahora no se entiende porqué no resolver este tema con un concurso, aunque el Ministerio de Cultura esté habilitado a la designación directa. Ya se han hecho otros concursos en el área de la cultura (Sala Zitarrosa, Teatro Solís, EMAD), con resultados positivos. Sería más justo y transparente. Más vale no precipitarse, y tomarse el tiempo necesario para ello.
por mi parte, estoy convencida de que los cargos de confianza deben nombrarse por designación directa. los resultados se verán. hubo resultados positivos por concurso y también por designación directa. pregunta: si gabriel peluffo se hubiera presentado a un concurso antes de ser director del museo blanes -cuando era funcionario municipal, pero en otra dependencia, no recuerdo bien cual, pero creo que era ose- hubiera ganado? y no es un buen director? sí, claro que lo es, sr. juan pedro. por otro lado, eso no prueba nada. y puede ser que me equivoque, pero... la designación de directores del teatro solís no fue directa? no importa, creo que es una buena dirección... y que son cargos de confianza...
otra cosa. esta carta, que llegó a mi casilla -supongo- a causa de algún error -humano o no- tiene el mismo tufillo de los anónimos del artículo de tatiana oroño. por favor! sería bueno que dijeran las cosas de frente de una vez... y que se acostumbraran a ello... total... más de que te critiquen... y qué importa? de qué tienen miedo?
saludos a todos,
teresa puppo
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Mal. Mal del hígado. Me duele todo. Solo de pensar en la comida me dan náuseas. Me duele la cabeza. Me duelen los ojos. Tengo sueño. Solamente quiero dormir.
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Andrea, Fede y Salvador fueron a visitarnos a Santa Lucía. Le probaron a Salvador el chaleco que le regaló Julio, que asegura que este verano lo va a llevar a navegar. Salvador no parecía muy feliz con el chaleco puesto, pero no protestó. Solamente se quedó serio. Habían llevado un lechón y Julio y Fede lo hicieron en la parrilla, a las brasas. Quedó muy rico, crocante, doradito. Comí solamente una porción pequeña y sin grasa. Me pareció que algo en mi hígado no estaba del todo bien.
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Nochebuena. Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad.
El 24 salimos relativamente temprano para Santa Lucía otra vez. Pasamos un lindo día, caminamos por la playa, nos encontramos con unos amigos, nos dimos un lindo baño. Ya arreglados -y sin descansar mucho- fuimos a Punta del Este, a la casa de Marcelo. Marcelito, mi hermanito pequeñito, nació una Nochebuena hace unos cuarenta años. Gracias a él los Reyes Magos nos trajeron todos los regalos al revés. Cuando era bebé y pasaba la mayor parte de sus días en su cuna, a veces lo rodeábamos los cinco hermanos y le soplábamos en la cara para reírnos de sus gestos. A veces, no siempre. Claro, con los soplidos no podía respirar. Sería una venganza no concertada? No sé. Pero sobrevivió y se hizo grande y fuerte y tiene una mujer divina y tres varones tres también divinos. Desde hace años festejamos en un combo su cumpleaños y la Nochebuena en su casa. Lo mejor que tiene para mí la Nochebuena es que veo juntos a todos mis hermanos, a todos mis sobrinos, a los cuñados y cuñadas, novios o novias de los chicos; aunque en general falta algún sobrino por alguna razón. Este año faltaron Javier y Sofía. Sofía se fue a pasar las fiestas a Rivera con sus amigos de la infancia y Javier está en NYC, estudiando. Aunque no creo que en la Nochebuena haya estudiado mucho. Supongo que no tiene clases. Esta Nochebuena 2006 estuvo muy bien, como siempre (o casi), comimos, bebimos, bailamos.
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Julio y yo fuimos a Santa Lucía. Salimos de mañana y volvimos a Montevideo de tardecita porque teníamos que ir a lal asado que organizó el laboratorio como despedida del año. Fue un día cambiante. Hizo calor, de tarde nos dimos un baño en la playa. Al rato se levantó terrible viento del oeste y se puso todo negro, llovió a cántaros, sonaron rayos y truenos y parecía que se volaba todo –de hecho, el viento arrancó unas cuantas ramas de árboles. Todo debe haber sido en menos de una hora. Después despejó, el viento sur sopló fuerte y al llegar a Montevideo tuvimos un atardecer espectacular. Me gusta el clima cambiante del Uruguay. Los pobres meteorólogos nunca le embocan en sus pronósticos.
Probablemente estas nubes (las que publiqué arriba) no le interesen a nadie, y cualquie persona debe haber visto montones de nubes parecidas a lo largo de sus vidas. Pero yo las fotografié porque quiero recordarlas. Esas nubes me provocaron una enorme e increíble sensación de ternura. Aparecieron después de la tormenta. La nube, la grande, la vi apenas salimos de Santa Lucía hacia Montevideo. Julio manejaba y yo me quedé hipnotizada mirando esa nube. Yo era conciente de que aparentemente era una nube común y corriente, que no tenía nada especial; pero no podía dejar de mirarla, observar los detalles, los copitos blancos pequeños y en apariencia suaves de nubes más chicas que se unían para formar la gran nube. Se me llenaron los ojos de lágrimas pero no eran de tristeza: lo que sentía era ternura, emoción, deseo de acariciar las nubes, de envolverme en ellas, de flotar con ellas. Y lo que es mejor, me sentí correspondida. Las nubes me querían. No sé si volveré a sentir algo así.
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