Nos levantamos a eso de las dos de la tarde. Lindo día. Soleado. A esa hora me puse a cocinar, así que comimos tardísimo, por supuesto. A las seis menos cuarto estábamos terminando de almorzar. Mientras yo cocinaba, Julio y Sofi se pusieron a tirar bolsas, de esas bolsas de compras que no se sabe por qué ni para qué, pero nadie las tiraba. Siempre las doblábamos y las guardábamos y las íbamos amontonando una dentro de otra, y ahí fueron quedando, prolijitas, como si tuvieran importancia para alguien. Y el montón se adueñó de un rincón de la casa y pasó a formar parte de. Y todos seguíamos colocando las nuevas bolsas que llegaban dentro de la bolsa madre. Y nadie cuestionaba el amontonamiento de bolsas, ellas estaban ahí, ocupando un lugar cada vez mayor, y corríamos cosas para dejarle lugar a las bolsas. Y cada tanto las ordenábamos. Por fin a alguien se le ocurrió tirarlas. A mí no se me había ocurrido.
De noche fuimos a cenar a lo de Daniel y Rosina, la hermana de Cecilia. También fueron el Turco y Charo. Volvimos tarde. Pasamos bien. Rosi tiene un cachorro divino, pelirrojo y de ojos verdes y se llama Negro. Es marca perro y parece un peluche.
Etiquetas: agosto 06
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
Suscribirse a
Entradas [Atom]