Estuve todo el día en casa, trabajando en el cuadro nuevo. Hace unos días que empecé a pintar. Unas horas por día, porque me cansa mucho. Después me duelen los ojos. Pero me gusta hacer ese trabajo super minucioso. A veces no puedo parar, y sigo aunque esté cansada y me duelan los ojos, me doy cuenta de que tengo que parar cuando empiezo a hacer las cosas mal; si no, sigo y sigo, parezco una maquinita: chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui chiqui...