Estos blogs me vuelven loca, y odio perder el tiempo con temas técnicos. Ahora una página cualquiera se convirtió en home page; y que yo sepa no le di esa orden, otra página no sube, intento borrar otra y no se borra. Es bastante caótico. Pero sigo. El otro día borré todos los blogs, los volví a subir todos, hoy lo hago de nuevo. Impertérrita. Decidí que no me importa si no sale perfecto. Me interesa el ejercicio de hacerlo y el contenido de lo que subo. El tiempo que pasa. Los cambios imperceptibles. Quiero verlo dentro de veinte años.
De tarde fui al sanatorio a visitar a Cori, parece que la tienen que operar de nuevo porque unas piedras habían salido de la vesícula y se habían alojado en un canículo (que une el hígado con el intestino y creo que se llama colédoco o algo así) y había que sacarlas. La operaban a las 8 de la noche. Estaba mamá, Julita y Joso. A las siete me tuve que ir porque empezaba un taller con Gabriela, creo que va a estar bueno, es un taller sobre recuperación de la memoria, de la historia personal y estoy trabajando sobre eso, me viene bárbaro. De noche cenamos de nuevo afuera, en el fondo.